miércoles, 29 de enero de 2014

Juanito Forever

Hoy estoy feliz, feliz, feliz, esta mañana ha llamado mi padre y nos ha dicho que volvía a casa para pasar unos días con nosotros, que nos fuésemos preparando porque tenía una sorpresa que nos iba a encantar.
Mi padre es corresponsal de un periódico y viaja mucho por el extranjero, así es que cuándo vuelve a casa siempre nos trae cosas la mar de exóticas de todas partes del mundo.
Mi madre se ha pasado todo el día atacadita de los nervios preparando comidas ricas para cuando llegue; por la tarde mi abuela me a vuelto a enganchar para que la acompañe a enseñar el muestrario a los jubilaos y como ya me tiene hartito le he pedido un aumento de paga o un plus cada vez que la acompañe, pero ella que es muy chula me ha dicho que me quede tranquilito, que a ella no se le caen las catapultas por cargar con el muestrario, como siempre me ha convencido para que haga lo que ella quiere, hemos cogido los trastos y nos hemos ido a trabajar.
Cuando hemos llegado, la abuela se ha metido en faena y yo me he sentado a mirar.
Al principio solo se han acercado a curiosear los chicos y mi abuela les ha advertido que eso era solo para mujeres, así es que se cogieran las pelotitas y salieran todos a jugar a la petanca; una vez marcharon todos ha llamado a las chicas hasta conseguir reunirlas a todas y ha empezado a sacar del maletín la lencería.
Bueno, la cara que se les quedó a todas cuando vieron la ropa era de foto y encima se metieron con mi pobre abuela, diciéndole que no era por remilgo, pero que ellas no tenían edad ni físico como para ponerse esas cosas y que lo que si tenían era mucha dignidad y vergüenza, que les parecía mentira que toda una señora como ella hubiese caído tan bajo, aunque pensaban que la verdadera culpable era la señora Isabelita que ejercía sobre ella una mala influencia y que desde que se habían hecho tan amigas se estaba descocando.
La abuela que siempre ha sido muy pasota, ha hecho caso omiso a sus comentarios y ha seguido a lo suyo mientras les contestaba con mucha diplomacia que eran todas unas rancias y que si alguna vez se perdiesen solo habría que seguir el olor a naftalina que desprenden para encontrarlas, que las piedras tenían más alegría que ellas y que si no le compraban nada mejor, así se lo quedaba todo ella para lucirlo en su cuerpo serrano, que para bailar La Macarena delante de todos no tenían tantos remilgos y que además había leído en una revista que las mujeres bien vestidas por dentro,tenían más paz interior.
El discurso de la abuela va y funciona y la señora Paquita la más fashión le ha comprado una faja de esas que levantan el trasero, la señora Adela un sujetador negro de esos que oprimen y levantan, la señora María un top rojo, la señora Inés un picardías blanco y las demás que son un poco más rancias compraron pololos de distintos colores, eso si, de encaje fino; así es que así a lo tonto a lo tonto la abuela se liquidó casi todo el muestrario.
Cuando hemos vuelto a casa y se lo hemos contado a mi madre no se lo podía creer y le ha dicho a la abuela que si todo iba también podrían montar una sociedad.
Bueno, lo más importante es que dentro de poco vuelve mi padre.


Parapsicología

La escritura automática es otra de las formas de comunicación entre mediums y fallecidos, lo que voy a relatar está copiado de una libreta que encontró mi amiga Pilar debajo del papel que cubría las paredes de su nueva casa.
¿PORQUÉ YA NO ME QUIERES MAMÁ?
Cuándo caí enferma de meningitis, mi madre tuvo que dejar a mi hermano pequeño con mi abuela para llevarme al hospital, después de hacerme varias pruebas ya me encontraba mucho mejor y le dije a mamá que volviésemos a casa pero ella y los médicos se negaron, así es que decidieron que me quedase ingresada, pero nunca me han gustado los hospitales así es que me escapé y me escondí en el asiento trasero del coche de mamá.
Nada más llegar a casa recibió una llamada del hospital seguramente avisándole de mi fuga, se puso a llorar y para que dejase de sufrir salí de mi escondite y le dije que estaba ahí sana y salva, pero debía estar muy enfadada porque durante algún tiempo no quiso ni dirigirme la palabra, no me ponía comida en la mesa, aunque me daba igual porque tampoco tenía hambre.
Para no aburrirme jugaba con mi hermano que era el único que sonreía y balbuceaba con su lengua de trapo cuando me veía; un día se me ocurrió sacarlo de su cuna para cogerlo en brazos, mi madre se puso a gritar como si estuviera loca y me lo arrebató, yo ya estaba harta y furiosa de los desprecios de mi madre, así es que empecé a vomitar una especie de moco, abrí los armarios de la cocina y rompí toda la vajilla, mi hermano lloraba y mi madre que seguía ignorándome gritaba lo cuál me enfureció más tanto, que abrí los grifos del agua, arranqué las puertas de la casa, y grité, grité muy fuerte pero ni yo misma me oía. 
Tiempo más tarde llegó a casa una desconocida que me daba miedo, pensé que venía para encerrarme en algún psiquiátrico por mi comportamiento, pero cuándo me llamó por mi nombre con una voz muy dulce supe que había venido para ayudarme.
Me preguntó infinidad de cosas mientras anotaba en una libreta, me dijo que ya no pertenecía a ese lugar y que si abría mi alma estaría en un lugar mejor, que mi madre jamás dejó de quererme pero estaba muy asustada y le había pedido ayuda, me propuso dar un paseo con ella, me monté en el coche y visité mi tumba.

 


  

Esoterismo

Hola de nuevo y gracias por seguirme.
Cada ritual tiene su aroma, su incienso, pero además con el tiempo y la práctica os iréis dando cuenta de que  pese a las propiedades de cada uno de ellos, os vais a sentir más cómodos con unos que con otros y la magia va a fluir mejor; yo solo puedo dar las herramientas y vosotros con paciencia y constancia las iréis encajando según vuestro carácter.

Incienso de flor de loto: para la protección de energías y la atracción física
Mirra: para la concentración, la meditación y la oración
Olíbano: para proteger de la negatividad
Pachulí: para la atracción, la paz y la armonía ( es uno de mis preferidos)
Sándalo: para la meditación y las oraciones con fines curativos
Ámbar: para la armonía del aura
Roble: para la sabiduría,  fertilidad y purificación de los lugares, es un buen amuleto.

martes, 28 de enero de 2014

Asesinos en serie

BELA KISS
Curioso nombre para un asesino en serie.
El húngaro Bela Kiss y su esposa María quince años más joven que él, se instalaron en Czinkota donde el adinerado matrimonio alquiló una casa y buscaron criados para atenderla durante el día.
Bela y Maria, pronto se ganaron las simpatías de las gentes del pueblo, ella era amable y atenta y él aunque poco comunicativo era educado y respetable.
Los negocios que debía atender Bela le obligaban a viajar constantemente, mientras María, mujer muy sociable, harta de tanta soledad inició una relación con el joven artista Paul Bihari.
De regreso de uno de sus viajes Bela encontró la casa vacía y una nota de su mujer comunicándole que le abandonaba; Kiss cayó en una fuerte depresión, dejó de tener vida social y se encerró en si mismo.
Poco después contrató a un ama de llaves y despidió a sus criados; llegó a conocer muchas mujeres a las que citaba en su casa, pero ninguna llegó a ser de su conveniencia.
En un paseo por el pueblo le comentaron que había una guerra en puertas, Bela invitó al condestable porque quería enseñarle lo que guardaba en su casa, unos depósitos donde almacenaba gasolina, bien muy preciado en época de guerra; cuando llegó el momento y Kiss fue reclutado, alegó que no podía formar parte del ejército porque padecía del corazón,pero después de hacerle las pruebas pertinentes se comprobó que mentía y tuvo que incorporarse a filas.
Antes de partir Bella entregó la llave del sótano al condestable para que aprovechase la gasolina en el caso de que él muriese en combate.
Pasados unos meses llego hasta el pueblo la noticia de que había muerto en un hospital militar, el condestable acompañado de unos soldados se dirigió al sótano para darle uso al combustible tal y como habían quedado.
Los soldado destaparon el primer bidón de gasolina y horrorizados descubrieron el cadáver desnudo de una joven que había muerto estrangulada con la bufanda que llevaba en su cuello y conservada en la barrica con alcohol.
Continuaron abriendo los bidones y cada uno de ellos albergaba el cuerpo de una mujer, todas asesinadas de la misma forma y conservadas en alcohol.
Ante hechos tan macabros, la policía inició una investigación encontrando doce cuerpos enterrados en un bosque cercano y diez en su propio jardín, además de los de María y Paul en el sótano.
Bela conseguía sus citas mediante los anuncios matrimoniales del periódico, pero nadie sabrá nunca el porqué cometió esos crímenes, ya que el astuto Kiss después de desertar cambió su identidad.


Pensamientos

Los individuos de una multitud experimentan una voluptuosa sensación al entregarse ilimitadamente a sus pasiones y fundirse en la masa, perdiendo el sentimiento de su delimitación individual.
La masa al individuo la impresión de un poder ilimitado y de un peligro invencible, sustituye por el momento, a la entera sociedad humana, encarnación de la autoridad cuyos castigos se han temido y por la que nos imponemos tantas restricciones.
Es evidentemente peligroso situarse enfrente de ella, y para garantizar la propia seguridad, deberá cada uno seguir el ejemplo que observa a su alrededor, e incluso si es preciso llegar < a aullar con los lobos>
Obedientes a su nueva autoridad, habremos de hacer callar a nuestra conciencia anterior y ceder así a la atracción del placer que seguramente alcanzaremos cesando nuestras inhibiciones; no debería asombrarnos que el individuo integrado en una masa realice o apruebe cosas de las que se habría alejado en condiciones normales de su vida.


lunes, 27 de enero de 2014

Juanito Forever

Martes quince de septiembre

Mi madre me dice que sería capaz de salir a la calle con un orinal en la cabeza con tal de llamar la atención, y tiene razón, me prima que se fijen en mi, así es que hoy ha sido mi día de gloria.
Hoy cuándo he llegado al cole todos me han felicitado por los puntos de la frente y le han preguntado a don Casiopeo si me los podía firmar durante el recreo pero como es tan rancio ha dicho que ni hablar.
Cuando hemos subido a clase tocaba la asignatura que no entiendo, conocimiento del medio¿me lo puede explicar alguién? como se recicla un papel chorritoso de un bocata de sardinas?o un pañuelo de papel lleno de mocos, o peor aún un trozo de papel de water usado y luego convertirlo en libretas, cromos, folios o servilletas.
A la salida de clase le he comentado a Carolina mi ignorancia sobre el tema y hemos quedado en el parque para que me ayude a entender, como es vegetariana algo sabrá.
Después de merendar, me he puesto el uniforme de bajar al parque, rodilleras, coderas, gorra y zapatillas viejas, cuando ya me marchaba la abuela me ha pedido que la esperase que se venia conmigo porque quería que la  acompañase a los jubilaos para  enseñarles el muestrario lencería y cosméticos, así es que ha cogido el maletín y las hojas de pedidos y nos hemos bajado, yo me he quedado en el parque esperando a Carolina y ella a trabajar.
Al ratito veo que se acerca el pero de mi amiga, que antes de llegar al banco donde yo estaba sentado, ha hecho pipí en las ruedas de un coche y caca en un seto (hablo del perro no de Carolina).
Mi amiga se ha sentado a mi lado y me ha invitado a comer pipas, mientras me explicaba el funcionamiento del reciclaje, la primera lección iba de pájaros, me ha puesto el ejemplo de las pipas que estábamos comiendo, que las cáscaras se tiran al suelo y sirven de alimento a los pajaritos, que la caca de su perro sirve para abonar los árboles, las plantas frutas y verduras; a medida que la iba escuchando se me iban enrollando las tripas y entendía menos las cosas, porque ¿ a ver? si ya no como animales muertos porque quiero ser vegetariano y luego me entero de que ellos comen caca en forma de lechuga, manzana, zanahoria y todo eso, al final solo voy a comer bocatas de macarrones.
Yo ya he tomado una decisión y me aburro con lo que cuenta Carolina, pero ella sigue y sigue, me dice que me fije en su perro que desde que era un cachorro lo ha ido educando en el respeto a la naturaleza, me pregunta si entiendo el concepto y le digo que si; me dice que se lo demuestre con un ejemplo y y yo me pongo en marcha.
Salgo del parque y me voy a los jubilaos, cojo la papelera llena de pañuelos con mocos y la vacío en medio del parque para que se los coma el perro ecológico de Carolina, luego salgo del parque y hago pipí en las ruedas de un coche, a continuación me amorro a un seto y empiezo a comer abono y hierbajos con todo mi asco, miro a mi amiga esperando su aprobación, pero la muy histérica me dice que si me había creído que su perro era un cerdo come mocos y que yo estaba muy pero que muy mal de la cabeza, da media vuelta y se marcha muy digna.
Acaba el día, me ducho, ceno, escribo el diario y sigo sin enterarme del tema del reciclao.  

Parasicología

LA SEÑORA DEL CEMENTERIO

Este relato es real y como otros que ya he escrito lo podéis creer o no, a veces pasamos la vida buscando la magia o el misterio, pero otras veces son ellos los que te buscan a ti.
Hace quince años aproximadamente y pasaba por una circunstancia muy dolorosa, la cuál desembocó en una depresión estaba confusa y desorientada, sin saber que hacer con mi vida, subía a un autobús sin importarme que destino llevaba, paseaba sin ningún rumbo, observaba a la gente como hablaban, reían, jugaban con sus niños,lo que es una vida normal y cotidiana, yo entonces les envidiaba pero también tenía un punto de rencor.
Sentía que ya no formaba parte de la vida, la gente a veces tropezaba conmigo como si fuera invisible; en una de esas salidas decidí coger un autobús como hacía la mayoría de días, pero esta vez tenía la necesidad de ir al cementerio dónde están enterrados mis abuelos, nada raro porque me gusta el silencio, ver las tumbas antiquísimas que todavía existen y sobretodo escuchar lo que me dicen las voces calladas de los muertos.
Un mes de agosto con un calor de castigo, compré unas flores para mis abuelos y fui a buscar ese rato de paz, pasaron horas sin ver a nadie, había llegado a las doce del mediodía y cerraban a las seis de la tarde, cuándo me quise dar cuenta las pocas personas que habían se dirigían ya hacía la salida.
Y o estaba sentada en un banco de madera cerca de la tumba de mis abuelos, me levanté para dar un último paseo antes del cierre cuándo se dirigió a mí una señora con una olla de comida dentro de una cesta, me preguntó si podía esperarla mientras daba de comer a los gatitos que vivían en el cementerio, le dije que sí porque y también adoro a los gatos,así es que ella los llamó y ellos acudieron a comer.
Cuándo terminó me dijo que no me preocupase por mis abuelos, que ellos estaban bien y que ella los cuidaría siempre; lo curioso fue que yo no le había hablado de ellos y tampoco estábamos cerca de su tumba, así como tampoco le conté nada de mí ni de la circunstancia por la que estaba pasando.
Seguimos andando hacia la salida y ella seguía hablando, me decía que a partir de ese día mi vida iba a cambiar para mejorar, que no debía estar tan triste y algunas palabras más de ánimo y consuelo; cuándo nos acercábamos a la puerta,me señaló el monumento de los muertos por el cólera y dijo -yo estoy ahí- pensé que no la había entendido bien y no le dí importancia.
Una vez en la salida me pidió que saliéramos por una pequeña puerta secundaria en vez de la principal porque según ella los vigilantes no la dejaban salir; una vez fuera, subimos al mismo autobús y me contó algunas cosas de su vida que me parecieron bastantes normales para una señora de su edad, pero pasado un rato un chico joven que estaba sentado cerca me preguntó si estaba hablando con él y le contesté que no, que hablaba con la señora que estaba a mi lado, ella me dijo que le faltaban dos paradas para bajar.
En la parada anterior a su destino subió una chica que mirándome a los ojos con preocupación me preguntó si me encontraba bien, le dije que si y le di las gracias por su interés; llego la parada de la señora, nos despedimos y bajó.
Pasado un tiempo y para mi sorpresa mi vida fue cambiando, sin prisas pero sin pausas, poco poco recuperé el norte.
No volví a ver a la señora, ni siquiera se su nombre, aunque acudo al cementerio dos o tres veces al año, y por cierto, la tumba de mis abuelos está siempre impecable, limpia pese a las lluvias, al viento y al polvo, lo que no pasa con las otras que están cerca.
Ahora pienso que en el cementerio no acompañé a nadie, que con nadie salí por la puerta secundaría y que con nadie hablé en el autobús, lo que si tengo claro es que lo que me dijo se cumplió.