miércoles, 29 de enero de 2014

Parapsicología

La escritura automática es otra de las formas de comunicación entre mediums y fallecidos, lo que voy a relatar está copiado de una libreta que encontró mi amiga Pilar debajo del papel que cubría las paredes de su nueva casa.
¿PORQUÉ YA NO ME QUIERES MAMÁ?
Cuándo caí enferma de meningitis, mi madre tuvo que dejar a mi hermano pequeño con mi abuela para llevarme al hospital, después de hacerme varias pruebas ya me encontraba mucho mejor y le dije a mamá que volviésemos a casa pero ella y los médicos se negaron, así es que decidieron que me quedase ingresada, pero nunca me han gustado los hospitales así es que me escapé y me escondí en el asiento trasero del coche de mamá.
Nada más llegar a casa recibió una llamada del hospital seguramente avisándole de mi fuga, se puso a llorar y para que dejase de sufrir salí de mi escondite y le dije que estaba ahí sana y salva, pero debía estar muy enfadada porque durante algún tiempo no quiso ni dirigirme la palabra, no me ponía comida en la mesa, aunque me daba igual porque tampoco tenía hambre.
Para no aburrirme jugaba con mi hermano que era el único que sonreía y balbuceaba con su lengua de trapo cuando me veía; un día se me ocurrió sacarlo de su cuna para cogerlo en brazos, mi madre se puso a gritar como si estuviera loca y me lo arrebató, yo ya estaba harta y furiosa de los desprecios de mi madre, así es que empecé a vomitar una especie de moco, abrí los armarios de la cocina y rompí toda la vajilla, mi hermano lloraba y mi madre que seguía ignorándome gritaba lo cuál me enfureció más tanto, que abrí los grifos del agua, arranqué las puertas de la casa, y grité, grité muy fuerte pero ni yo misma me oía. 
Tiempo más tarde llegó a casa una desconocida que me daba miedo, pensé que venía para encerrarme en algún psiquiátrico por mi comportamiento, pero cuándo me llamó por mi nombre con una voz muy dulce supe que había venido para ayudarme.
Me preguntó infinidad de cosas mientras anotaba en una libreta, me dijo que ya no pertenecía a ese lugar y que si abría mi alma estaría en un lugar mejor, que mi madre jamás dejó de quererme pero estaba muy asustada y le había pedido ayuda, me propuso dar un paseo con ella, me monté en el coche y visité mi tumba.

 


  

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