familiares de demencia, su madre y otros familiares por parte de ella padecían esquizofrenia entre otras enfermedades mentales por lo que no es extraño que Fish heredase esa genética, convirtiéndose en uno de los asesinos en serie más aberrante de la historia.
Albert vivía obsesionado por la religión y para él la única forma que existía para perdonarse era infligiéndose castigos como la autoflagelación además de clavarse agujas en los genitales o golpearse con un palo lleno de clavos mientras se masturbaba.
Entre su locura y la obsesión religiosa llegó a creer que él era Jesucristo y que Dios le ordenaba cometer sacrificios humanos.
En ese tiempo además de ejercer de chapero sin cobrar, intentó estafar, robar y firmar cheques sin fondos, delitos por los cuales fue detenido al menos ocho veces; tras una valoración psiquiátrica se dictaminó que Fish ni estaba loco ni era peligroso, simplemente era un psicópata sexual ( como si fuera poco ).
En sus declaraciones decía que oía voces que a su manera interpretaba como mensajes de la biblia,en una de ellas, según reveló posteriormente dijo < entonces supe que debería ofrecer a uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que he cometido>.
La siguiente carta dirigida a la señora Budd, madre de una niña a la que había secuestrado, dio la pista definitiva a la policía para detenerlo, la carta decía lo siguiente:
Hace algunos años, mi amigo el capitán Jhon Davis, zarpó de California hacia Hong-Kong, que por entonces sufría problemas de hambre, las calles se habían vuelto muy peligrosas para niños entre 9 y 12 años porque tenían la costumbre de matarlos, cortarlos en pedazos y vender su carne como alimento.
Esa es la razón de que hace algunos años yo acudiera a su casa el 3 de junio de 1928 con el pretexto de acompañar a su hija a la fiesta que daba mi hermana, mela llevé a una casa abandonada que había en Westcher Country donde la estrangulé la corté en pedazos y comí parte de su carne, tranquila no me la tiré, murió virgen.
Tras leer la horripilante carta, la señora Budd denunció a Fish, fue detenido y confesó ser el autor de muchos más crímenes cometidos a lo largo de su vida, que comía carne cruda las noches de luna llena, que practicó el vampirismo con un niño de cuatro años al que azotó hasta hacerle brotar la sangre para después cortarle los ojos, las orejas y y la nariz, a continuación lo abrió en canal para sacarle las vísceras, bebió su sangre, lo descuartizó y se preparó un guiso con su carne.
La abominable psicopatía de Fish le hacía disfrutar comiéndose sus propias defecaciones y a introducirse por el recto algodones empapados con alcohol para luego prenderles fuego.
Durante el juicio dijo y quedó probado que cometió aberraciones con más de un centenar de niños y que había asesinado a quince por orden de Dios.
Ante estas declaraciones Albert Fish fue condenado a morir en la silla eléctrica.
Espeluznante personaje, fetichista, voyeur, exhibiccionista, sádico, masoquista, escatológico, hedionista, pedófilo y caníbal; antes de morir mediante una prueba de rayos X, encontraron veintiocho agujas dentro de su cuerpo.