Jueves uno de Octubre
Esta mañana ha sido el director del cole quién nos ha dado la clase, nos ha comunicado que don Casiopeo se encontraba mejor de lo suyo, pero que el médico le ha aconsejado que guarde reposo durante unos días porque el pobre padece una crisis de ansiedad, aunque yo creo que no es para tanto.
Hoy también han empezado las clases por las tardes y casi todos mis amigos comen en el colegio, menos yo porque mi madre dice que mientras ella pueda prefiere que comamos todos en casa; lo malo es que cuando salimos al patio mis compañeros se ponen a cotorrear y a reírse contando la de bichos que tenían las lentejas, o como salían cucarachas de las morcillas, o como saltaban las ranas de la sopa de pescao, después se meten los dedos en la boca como si fueran a vomitar sin parar de reírse; en esos momentos me siento como un marginao y el niño más aburre cabras de todo el colegio.
Por la tarde después de hacer los deberes he bajado al parque para esperar a Anita, como quedamos ayer y cuándo la he visto llegar me he quedado ojiplático al ver lo guapa, limpia y repeinada que iba y de repente me entraron unas cosquillas por la barriga, como cuándo te tiras del tobogán.
Hemos estado hablando de don Casiopeo y me ha dicho que la enfermedad que tiene no mata pero te deja perjudicao porque se lo ha preguntado a su madre que es psiquiatra y le ha comentado que lo que le pasa es normal, que ya se tiene que ser chulo y a la vez mártir para pasarse durante años, todos los días intentando meter cultura y educación en nuestras ilustres cabezas; Anita piensa que con un poco de reposo y un antídoto a base de papilionáceas, estafilococos, calamandurrias y sopa de pollo, eso se le pasa en un "pis pas".
No se porque, pero cada vez que hablo con Anita me quedo alelao porque es muy lista y muy guapa, además creo que somos medio novios, porque cuándo se quita el aparato de los dientes para comer, siempre me pide a mi que se lo sujete.
Me lo he pasado de maravilla en el parque, lo malo es que la madre de Anita ha llegado muy pronto a recogerla, porque los jueves por la tarde tiene clases de ballet, natación, inglés, ajedrez y repostería fina, pero estoy deseando que llegue mañana para verla en el cole; cuándo nos hemos despedido me ha dado un beso en la oreja y he llegado a casa con los ojos en blanco y la cara roja.
Nada más llegar me estaba esperando la abuela hecha una energúmena y me ha preguntado si yo tenía algo que ver con los tarritos de cosméticos que le llevó a Pepa la peluquera; yo le he contestado que depende para lo que sea, y primero que me contase porque quería saberlo.
Me ha dicho que esta mañana la había llamado Pepa para decirle que no volviese a poner los pies en su peluquería y mucho menos sus cosméticos, porque además de que las cremas le han dejado el local con tufo a charcutería, a una de sus clientas la mascarilla suavizante que le ha puesto en la cara, estaba hecha con cemento, que por su culpa ha perdido a su mejor clienta y encima había tenido que llamar a un albañil para quitársela y le ha cobrado un ojo de la cara.
La abuela me ha vuelto a preguntar si yo tenía algo que ver y le he dicho que no, de repente sonríe y cambia el tema, yo creo que se le va la pinza,
Nos reúne a todos y nos dice que lleva ya una temporadita pensando en independizarse y emprender nuevas empresas con la ayuda de Valentín y que nos fuésemos mentalizando de que algún día se irá, porque ya estaba harta del barrio, del hogar del jubilao,de su batita de flores, de las casposas de sus amigas y de desprecios en general; dicho esto, se dio media vuelta y se metió en su cuarto.
Mi madre se ha quedado pasmada, pero al ratito ha pillado un berrinche como los que le daban antes de que le hicieran el transplante de cabeza, a continuación se ha comido unas magdalenas (veinticuatro en total) con una tableta de chocolate y se ha ido a dormir.
Nota: si queréis seguir a Juanito desde el principio ir a entradas antiguas.