lunes, 14 de julio de 2014

Puertas dimensionales - Parapsicología

En nuestro mundo, convivimos con seres que son imposibles de ver o escuchar debido a nuestras limitaciones, lo que no quiere decir que no existan, están aquí pero solo somos capaces de verlos gracias al avance  de la ciencia y la tecnología.
Porque aceptamos que virus, ácaros bacterias, etc. están presentes en nuestras vidas cotidianas y Rechazamos de plano que existan otros entes en otras dimensiones dentro de esta tierra?.
Voy a poner un ejemplo; adoro a los gatos y los conozco perfectamente, pero hay algo que siempre me ha hecho reír, a veces cuándo me enfado con ellos y levanto la voz, se ponen de espaldas a mi, deben pensar que si ellos no pueden verme por estar de espaldas, yo tampoco puedo verlos a ellos.
Son muchas las limitaciones que tenemos, pero afortunadamente hay pruebas de que no estamos solos y espero que cuándo el ser humano evolucione, dedique el tiempo que esto se merece para la investigación de estos fenómenos.
Las dimensiones son infinitas y nosotros solo tenemos dominio sobre las tres primeras, aunque vivimos en cuatro.
La primera dimensión, de la línea o recta, dimensional lineal o vectorial.
La segunda dimensión, del plano ( todas las rectas coexisten simultáneamente).
La tercera dimensión, del espacio o mundo conocido, dimensión del volumen.
La cuarta dimensión, del tiempo unidireccional ( todo el espacio exista su recorrido) representando el universo como un punto sobre una línea recta.
La quinta dimensión del hiperespacio, en esta todos los tiempos coexisten con un mismo universo.
La sexta dimensión, todos los universos coexisten simultáneamente con todos los tiempos, es la dimensión de los universos paralelos.
La séptima dimensión está más allá del entendimiento humano.
Bien, basándome en esto hoy me gustaría escribir sobre apariciones y desapariciones, algunas de ellas perfectamente documentadas.
Desde 1.948 han desaparecido 88 aviones sin dejar rastro, el último el vuelo que partió de Malasia, 20 de ellos en el triángulo de Las Bermudas, otros en lugares tan distintos como el golfo Pérsico, la Antártida, Australia, África del sur o las islas Canarias, pero además de aviones o barcos existen otro tipo de desapariciones misteriosas, como la isla de San Borondón que forma parte del archipiélago de las islas Canarias y que aparece y desaparece ante la vista asombrada de visitantes y habitantes; la última aparición primero como una nebulosa y luego con perfecta claridad, fue el día 26 de abril de 1.967, cada diez años la isla de San Borondón realiza su presencia .
Poblados enteros como Anjikuni y otros muchos desaparecieron de la noche a la mañana dejando enseres, habitáculos e incluso comida preparada para consumir de inmediato.
También en diferentes guerras desaparecieron batallones de cientos de hombres, como por ejemplo en la guerra de Sucesión española fueron cuatro mil soldados los que misteriosamente se esfumaron, igual que los seiscientos cincuenta soldados franceses en 1.858, o los tres mil  cien soldados chinos en 1.939.
En cuanto a personas, en el año 1.950 Rudolph  Fenz, que acabó sus días bajo las ruedas de un vehículo que acababa de atropellarlo a pocos metros de Times Square, en Nueva York; a primera vista era un atropello común, pero las ropas del hombre llamaron la atención por lo anticuadas, llevaba, levita negra, zapatos con hebilla, sombrero y pantalones estrechos, como vestían en el siglo XIX.
Cuando la policía hizo un inventario de sus pertenencias, se percataron de que era un hombre de unos treinta años, encontraron varias tarjetas a su nombre, unos recibos por la adquisición de un carruaje y unos caballos, unos billetes fuera de circulación y una carta dirigida a su nombre fechada en 1.876.
Se intentó dar con su dirección o la de su familia y se consiguió localizar a uno de ellos y contó a los investigadores que el padre de su marido había desaparecido en 1.876, según sabía, había salido a dar un paseo pero jamás volvió y nadie supo nada de él.
La policía consultó la lista de desaparecidos de ese año y se llevaron una sorpresa, en el registro figuraba el nombre de Rudolph Fenz, de veintinueve años y que en el momento de su desaparición vestía con levita negra, zapatos con hebilla, sombrero y pantalones estrechos.
Según testigos de desapariciones, antes de que estas se produzcan, se forma como una especie de neblina, y no me parece fantasioso el creer que existen en muchos lugares de La Tierra, puertas que transportan a otras dimensiones y que al igual que hacen desaparecer objetos, islas y personas, hacen aparecer en otro tiempo o lugar algo de lo trasladado.
 









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