jueves, 3 de julio de 2014

Esoterismo

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Os dejo este test de regresión a vidas pasadas, tomároslo como un juego, no es tan fácil saber quienes fuimos en un pasado, espero que paséis un buen rato, y ¿ quién sabe? igual este test os lleva a algún sitio oculto en el fondo de vuestra memoria.

Curiosidades

Todas las guerras son estúpidas y solo benefician a quienes las provocan para mantener sus intereses, desgraciadamente existen desde el principio de los tiempos.
Hoy voy a escribir tres cuyos motivos son tan tontos que han pasado a ser anecdóticas.

La guerra del barril:

En 1.325, cuando Italia aún no existía como tal y la península estaba dividida en ciudades- estado, Bolonia llevaba tiempo queriendo anexionarse varios terrenos pertenecientes a Módena, la excusa la encontró cuando un grupo de soldados de esta última, que se habían extraviado y penetrado en territorio boloñés, se acercaron a una granja; hambrientos y sedientos como estaban, se llevaron varios panes y un barril de vino.
Tal minucia fue el pretexto para que el regente de Bolonia le declarase la guerra a sus vecinos; el conflicto duró doce años, durante los cuales se libraron diversas batallas que se saldaron con varios centenares de muertos; Bolonia consiguió su propósito de apoderarse de las tierras que ambicionaba, pero nunca recuperó el barril robado, que los habitantes de Módena aún guardan en el campanario de la ciudad.

La guerra de la oreja de Jenkins:

 Esta parte del cuerpo humano provocó una guerra en la que participaron centenares de navíos y millares de hombres; el polémico cartílago pertenecía a Robert Jenkins, un pirata inglés cuya nave fue apresada en 1.731 por los españoles.
El capitán Juan León Fandiño, para darle un escarmiento le cortó la oreja con su espada y le dijo .
De regreso a su patria, Jenkins compareció ante la Cámara de los Comunes oreja en mano; los políticos británicos consideraron que dadas las palabras del oficial español, era como si la mutilación sufrida por el pirata también se la hubiera hecho a su monarca, por lo que le declararon las hostilidades a España; fué llamada Guerra del Asiento, en la que los ingleses usaron aquel pretexto para tratar de invadir las posesiones ibéricas en el Caribe.
El episodio más sangriento fue el ataque a Cartagena de Indias, en el que una flota de más de cien navíos británicos y 27.000 hombres intentaron infructuosamente conquistar la ciudad defendida por diez mil soldados.
Según los historiadores no se volvió a ver un intento de desembarco de tal magnitud hasta el asalto a Normandía en 1.943.
La guerra duró hasta 1.748, se saldó con la derrota inglesa y costó miles de vidas; el que salió mejor parado de aquel suceso fue Jenkins, quien, aunque se quedó sin oreja, recibió a cambio un puesto como alto funcionario de la Compañía Británica de las Indias Orientales.

Guerra del Cerdo:
En 1.859 estuvo a punto de enfrentar a Estados Unidos e Inglaterra; ambas naciones compartían la posesión de la isla de San Juan de Fuca, cerca de Vancouver.
Un mal día, un granjero estadounidense mató de un tiro al cerdo de un vecino que había penetrado en su huerto, con tan mala fortuna que el puerco resultó ser inglés, es decir, que pertenecía a un colono británico; el propietario exigió el pago de cien dólares como indemnización, pero el ejecutor solo aceptó pagar diez, aquello hizo que los colonos de ambas nacionalidades se enfrascasen en una pelea cuerpo a cuerpo.
Alertadas las autoridades de ambas naciones, tanto ingleses como estadounidenses enviaron a la isla tropas que llegaron a posicionarse listas para entrar en combate; al final se impuso la sensatez y los américanos pagaron la indemnización.

martes, 1 de julio de 2014

Ed Gein - asesinos en serie

Edward Tehodore Gein  fue uno de los asesinos en serie más brutales de Estados Unidos, aunque únicamente se le pudieron probar dos asesinatos, los de Mary Hogan y Bernice Worden, su afición a conservar tanto los cadáveres de sus víctimas como los que desenterraba para fabricar con ellos muebles, lámparas y ropa, facilitaron el trabajo de la policía para su detención.
Los agentes que investigaban la desaparición de Bernice Worden, empleada de una ferretería, en noviembre de 1.957, sospecharon que Ed Gein tenía algo que ver con el caso; cuándo entraron en su casa, encontraron el cuerpo de Bernice colgado de los tobillos, decapitado y abierto en canal; también encontraron cabezas humanas en el dormitorio, piel humana utilizada para hacer pantallas de lámparas y asientos, calaveras convertidas en platos , un corazón humano en la sartén, un collar hecho con labios humanos, un chaleco hecho de vagina y pechos además de otros objetos confeccionados con partes de cuerpos humanos incluido un cráneo que servía de cenicero y un cinturón de pezones. 
Su creación más llamativa fue el vestuario completo fabricado con piel humana, incluyendo pantalones, un torso con pechos y varias máscaras.
Al ser interrogado, Gein admitió que abría las tumbas de mujeres recientemente fallecidas y robaba los cuerpos llevándoselos con la furgoneta a su casa, dónde curtía las pieles para crear sus macabras posesiones; también admitió haber asesinado a Mary Hogan, una camarera desaparecida desde 1.954.
Nunca pudo ser probado ni confesado por él que cometiera canibalismo, y también negó haber practicado sexo con los cadáveres, aduciendo que olían muy mal.

Fue declarado enfermo mental y pasó el resto de su vida en una institución psiquiátrica donde destacó por su buena conducta, falleció por insuficiencia respiratoria en julio de 1.984.
Se cree que Augusta, su posesiva madre, fanática religiosa que se esforzaba por impedir cualquier influencia ajena a la suya propia sobre sus dos hijos, fue en parte lo que causó su trastorno mental; Augusta fue el último miembro de la familia cercana de Ed en morir y en 1.945 fecha del fallecimiento, tapió la habitación de su madre.
Mientras Ed Gein se encontraba detenido, su casa fue consumida por un incendio, seguramente provocado.
Su vehículo se llegó a subastar, y quién lo compró hizo un buen negocio con el por varias ciudades, cobrando por ver su interior lleno de sangre y restos humanos.

verdadoleyenda.

El fantasma sin rostro - parapasicología

Fue a mediados de los años 80 cuándo en la llamada Casa Cervantes en Vélez, Málaga,comenzó a manifestarse una fuerte actividad paranormal.
Hace años este edificio fué y sigue siendo utilizado para fines educativos y administrativos, sin sufrir apenas remodelaciones, pero las pequeñas obras desencadenaron los fenómenos paranormales que nunca antes se habían dado en la vivienda.
Siendo un lugar público, durante el día hay un movimiento constante de personas, hasta las seis de la tarde que cierra sus puertas al público quedando solo las limpiadoras y un agente de policía que realizaba su turno de vigilancia en el interior de la casa.
Todos estos trabajadores fueron testigos de increíbles sucesos que llevaron a la mayoría de las empleadas a cambiar su horario de trabajo y entrar a primera hora de la mañana y a más de un policía a realizar la vigilancia desde su vehículo, fuera del inmueble.
Fueron muchos los sucesos que allí acontecieron, apariciones espectrales, golpes, sonidos de pies y de objetos pesados que arrastran, murmullos, gritos, puertas que se abren y se cierran solas o luces que se encienden y se apagan sin que nadie las manipule.
Casi todos los polstergeist se asocian al pozo que está situado en el patio dónde suele aparecer una figura espectral que según los testigos desaparece tras vagar por el patio.
Francisco O., jefe de policía presenció alguno de esos sucesos, vio como la tapa del pozo se levantaba sola y quedaba apoyada contra la pared, algo que constatan otros agentes es la visión de un hombre vestido con ropas antiguas y tocado con un sombrero, aunque lo más desconcertante de esa figura es que dónde debería estar su rostro, solo hay una absoluta negrura.
Durante una huelga de trabajadores de la empresa de limpieza de la ciudad, los empleados se encerraron en la Casa Cervantes, estos asistieron a una nueva aparición de la misteriosa presencia que surgió del pozo y se desplazó varios metros flotando mientras se oía el sonido de una tela arrastrándose; el suceso causó tanto pavor entre los trabajadores, que finalizaron la huelga.
A principio de los años 90, se instaló un sistema de alarma por lo que dejó de ser necesaria la presencia policial.
La única posible aunque no tranquilizadora explicación es que según las crónicas de la ciudad, a mediados del siglo XIX, un hombre que se hospedaba en la casa acudió una tarde a sacar agua del pozo, al parecer se inclinó demasiado, cayó al interior y la estrechez del conducto le impidió darse la vuelta; cuándo lo rescataron había fallecido por asfixia y su rostro estaba muy hinchado.
Para evitar el temor de mujeres y niños, se decidió taparle la cara con una tela larga, nadie reclamó su cuerpo y fué enterrado de ese modo, con el rostro velado.
Fuente: J.M. Frías.