lunes, 19 de mayo de 2014

Parapsicología Viaje astral

A veces nos callamos muchas cosa y acontecimientos de nuestras vidas por miedo a que la gente nos tome por locos o raritos, pero cuantas cosas se podrían aportar a la ciencia y el conocimiento todavía en vías de desarrollo del ser humano.
Yo voy a intentar liberarme de esos prejuicios al igual que otras personas que he conocido a lo largo de mi vida, aunque la mayoría como mis dos amigas especiales prefieran seguir en el anonimato lo cual respeto y entiendo, mientras me sigan permitiendo contar sus experiencias seré su voz, total si me creen o no deja de ser un problema mio que traspaso al lector.
No es la primera vez que hago un viaje astral, el Miércoles de la pasada semana inicié otro, quiero aclarar que ninguno de ellos es premeditado ni preparado, pasa así, sin más.
Esta vez el viaje me llevó a un edificio oficial donde se gestionaban documentos, para acceder había que subir unas cuantas escaleras, los muebles y puertas con cristales parecían de los años 80, intenté salir por la puerta de un modo convencional pero no pude abrirla, finalmente digamos que caí fuera del edificio desorientada y confusa.
En un pequeño parque que estaba enfrente vi a dos chicas algo desaliñadas pero que me daban  buenas vibraciones, me acerqué a ellas y les pregunté donde estaba, pero no me contestaron, escuché como hablaban entre ellas, se quejaban de la sociedad , de sus padres y todo lo que les rodeaba, se definían como rebeldes y antisociales y renunciaban a todo tipo de consumo e imposiciones.
Volví a preguntarles si me podían decir donde estaba y la manera de salir de allí, ellas dijeron que las siguiera y llegamos a un cementerio en el que las tumbas estaban en el suelo y también tuve la impresión de que era de los años 70, 80,por cierto, parecía un cementerio de religiosos y había una cruz grande de granito presidiéndolo, las chicas se acercaron a una de las tumbas que tenía incrustada una pequeña cruz plateada, le dieron la vuelta y la lápida se abrió; caminamos por unos huertos hasta que llegamos al supuesto pueblo de ellas, una vez ahí se despidieron y cada una marchó a sus respectivas casas; poco después salieron perfectamente vestidas y arregladas, nada tenían que ver con las que conocí en el edificio oficial, es más hablaban y criticaban a todo aquel que no se integraba en la sociedad, todo lo contrario de lo que habían dicho poco antes.
Al notar que me ignoraban, entré en la casa de una de ellas, había una mujer, me imagino que sería la madre y le pregunté donde estaba y como podía volver a mi casa, ella me contestó que hasta mi casa habían 332 kilómetros, le dije dónde podía coger un tren o un autobús que me llevara, pero ella dijo que ahí no había nada de eso, no obstante me acompañó a una carretera, le dí las gracias y pensé en ir andando costase el tiempo que costase, mi sorpresa fué ver que paraba un autobús y que el conductor me aseguró que pasaba cerca del lugar de mi destino.
Poco tiempo después empecé a ver paisajes familiares y el autobús se detuvo en un cruce de tres caminos, me apeé y me d´cuenta de que esos paisajes aunque muy parecidos estaban todavía muy lejos de mi casa, sentí miedo, desesperación y una sensación de cosquilleo en el estómago, el mismo que he sentido otras veces cuándo he regresado a mi cuerpo después del viaje.
Si supiese dibujar podríais ver todo lo que he relatado porque lo recuerdo perfectamente y con todo lujo de detalles, pero como dibujo fatal quiero dedicar algo de tiempo a buscar por la red edificios, cementerios, carreteras y cualquier otra cosa que visualicé en mi viaje. 



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