domingo, 9 de febrero de 2014

Juanito Forever

Sábado diecinueve de septiembre

Bueno, bueno, como está mi madre desde que le han hecho el transplante de cabeza, está mañana se ha levantado muy contenta y cantando una canción más o menos así < no, no, no nos moverán, no no, no nos moverán, marujas siempre unidas, no nos moverán, marujas en la lucha, nonos moverán........> y así todo el rato, hasta que se ha puesto a cantar la de una señora que se llama Penélope que se pasa la vida en la estación viendo pasar los trenes con un bolso de piel marrón, y a continuación ha levantado los brazos y se ha puesto a dar saltitos animándonos a todos para que hiciéramos lo mismo mientras cantaba no sé qué de "viva la gente que está dondequiera que vas si tomas coca-cola, o algo así, yo que sé, el caso es que como nos ha dado mucha pena, cuándo ha terminado de cantar nos hemos roto las manos aplaudiendo para no hacerle el feo, ella se ha puesto contentísima y se ha ido a su cuarto a ponerse guapa para ir al hiper.
Esta tarde por fin ha llegado mi padre y venía acompañado por un señor muy rarito y después de saludarnos, besarnos y achucharnos, hemos vaciado las maletas de papá buscando la sorpresa, pero nos ha dicho que ahí no la íbamos a encontrar, que como ya no sabía que trasto traernos, en este viaje había pensado en algo más orgánico así es que nos presentó a la sorpresa orgánica y con bigote llamado Valentín.
A mis hermanos y a mí no nos ha hecho ni ni pizca de gracia, así es que hemos convocado en el wc. asamblea urgente para hablar del tema y después de pensar mucho, los tres hemos decidido cambiar a Valentín por un perro, se lo hemos comunicado a mi padre y nos ha contestado que ni hablar, que Valentín es un colega suyo de fatigas porque él también fué corresponsal de su periódico en el extranjero o don de le mandaran, pero un día, se cansó de pillar diarreas en Estambúl, el moquillo en Finlandia y malarias en en Corea.
El hombre, cansado ya de que lo exportasen, decidió retirarse para siempre jamás y dedicarse a lo que de verdad le gustaba, él desde pequeñito, había querido trabajar de ermitaño, así es que un buen día se fue a Venezuela, se compró una granja en lo alto de una montaña y allí se quedó, así, sin más, hasta que pasados dos meses en su nuevo trabajo, empezó a aburrirse y ya no le gustaba estar solo porque los ermitaños se aburren como una oveja; así que pensando, pensando, un día le dio por bajar al pueblo y buscar a una señorita para casarse, pero enseguidita lo descartó.
Pasado un tiempo, casi sin darse cuenta un día se le iluminó la calvorota y volvió al pueblo para comprarse una vaca, no para casarse, solo para que le hiciera compañía; pero el animalito al igual que Valentín también se aburría, así es que se pasaba el día pastando dando leche a tutti plaine.
El pobre Valentín que ya no sabía que hacer con tanto exceso de lácteo, se puso a pensar y finalmente decidió fabricar quesos para luego venderlos, como mi abuela con la lencería.
Poco a poco empezó a tener bastantes clientes, todos querían sus quesos, mantequilla, en fin, todo lo que fabrican las vacas, así es que tuvo que comprarse una granja más grande y la rellenó con ovejas, cabras, gallinas, conejos, caracoles, bueno de todo.
Después se compró un camión de reparto, luego otro, contrató a personas para que le para que le ayudasen porque él no podía con tanto trabajo y al final tuvo tanto éxito que acabó siendo archimillonario
Cuando mi padre ha terminado con la presentación de Valentín alias la sorpresa,mi abuela estaba babeando sus zapatos.
Al final entre unas cosas y otras se ha hecho tarde y mi padre ha acompañado a Valentín a su hoitel porque pensaba quedarse una temporadita, pero antes de marcharse, mi madre la del transplante, le ha invitado a cenar, así es que mañana sigo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario