jueves, 13 de febrero de 2014

Asesinos en serie

Ed Gein no se hizo famoso por su número de víctimas, sino por lo espantoso de sus dos asesinatos y las macabras pertenencias encontradas en su casa.
Nació en Agosto del año mil novecientos seis, desde su infancia tanto él como su hermano estuvieron completamente dominados por su madre, mujer muy religiosa y puritana que despreciaba con toda su alma al borracho de su marido, se juró a si misma que sus hijos nunca serían como su padre y los educó bajo una dura disciplina, negándoles  hasta el más mínimo gesto del cariño que debería tener una madre hacia sus hijos.
Ed vivía en una granja de madera con su madre, hasta que ella falleció, pero la aparentemente inofensiva granja era en realidad la casa de los horrores.
En el invierno de mil novecientos cincuenta y cuatro, un granjero entró a tomarse una cerveza a la taberna de los Hogan, pero su sorpresa fué mayúscula cuando se dio cuenta de que el suelo de madera estaba cubierto de sangre y su propietaria, Mary no se hallaba en el local.
Cuando el granjero avisó al sheriff y acudió al lugar, se percataron de que no habían señales de violencia y la recaudación estaba intacta en la caja, pese a todo, al no tener pruebas de delito y desconocer si la desaparición de Mary fue o no voluntaria, todo quedó en un caso pendiente de resolver.
Un mes después del suceso todos los habitantes del pueblo conocían y comentaban la noticia; una de esas personas, el propietario del aserradero se encontró casualmente con Gein, su vecino, ese hombre de apariencia frágil y poco sociable que siempre decía cosas incoherentes o reía compulsivamente sin venir al caso.
De una forma rutinaria Ed solía sentarse siempre solo en un rincón de la taberna con una jarra de cerveza y observando a Mary, la dueña del local, uno de esos días coincidió con su vecino del aserradero, que viendo como Gein se fijaba en Mary, supuso que estaba enamorado de la mujer y le dijo que si se atreviese a decirle lo que sentía por ella, ahora estaría felizmente en su granja, preparándole la cena y esperando a que él regresase a casa, en lugar de darse por desaparecida.
Gein sonrió y le contestó que no estaba desaparecida y que ahora se hallaba en la granja; su vecino, conocedor de su extraño carácter, no le dio importancia al comentario.
A los 51 años, Gein, el carnicero de Plainfield asesinó a  Bernice, la dueña de la ferretería del pueblo, disparándole  a quemarropa con un rifle de caza y como hizo anteriormente con Mary arrastró el cadáver ensangrentado hasta su furgoneta, pero en esta segunda vez, Bernice estaba tomando notas en su libro de contabilidad y el nombre de Gein fué anotado como último cliente antes de la desaparición.
Ed fue arrestado y dos agentes de policía procedieron al registro de su granja; el macabro espectáculo de un cadáver de mujer colgado del techo bocabajo, decapitado, con un profundo agujero en el estómago , colgada de un gancho por el tobillo, con el otro pie sujeto a una polea y el cuerpo, por el que se salían los intestinos, rajado de arriba abajo, provocó que el sheriff  entrase en un breve estado catatónico, cuando consiguió recuperarse pidió refuerzo policial.
Llegaron los coches patrulla y varios agentes acompañados por el sheriff entraron en la casa abriéndose paso entre montañas de basura, comida podrida, ropa sucia y trastos rotos, entre toda esa boragíne de desorden y suciedad encontraron varios cráneos humanos, algunos de ellos partidos por la mitad y usados como cuencos, las sillas, las pantallas de las lámparas, las papeleras y algunas prendas de ropa estaban hechas de piel humana; pero por si fuera poco también encontraron varias cajas con restos de cuerpos además de la cabeza y el corazón de Bernice dentro de una bolsa de plástico junto a unas máscaras hechas con piel y pelo humano.
Durante el interrogatorio, Ed declaró que recordaba confusamente haber matado a Bernice y que los demás restos encontrados en la granja pertenecían a cadáveres que el desenterraba del cementerio debido a su afición por la anatomía.
Se ordenó la exhumación de los cadáveres para comprobar la autenticidad de la confesión de Ed, confirmando que en las tumbas que él había señalado no había ni rastro de los cuerpos.
Tras un examen médico en el hospital central del estado, un grupo de psiquiatras dictaminan que Gein estaba incapacitado para ir a juicio, pese a ese diagnostico fué declarado culpable de dos asesinatos, el de Mary y el de Bernice.
En el informe médico se hacía constar que las perversiones de Ed eran manifestaciones de una psicopatía profunda que tuvo su inicio en la anormal relación que mantuvo con su madre, que presentaba un claro cuadro de complejo de Edipo que se hizo más fuerte a raíz de la muerte de su madre de la que estaba profundamente enamorado, buscando en sus víctimas sustitutas de ella.
El amor que de niño buscaba en su madre y que una vez tras otra le era negado, convirtió a Ed en un misógino con un profundo odio hacía las mujeres.
Ed murió por insuficiencia respiratoria el 26 de Junio de 1984 tras muchas décadas de reclusión en un centro psiquiátrico.



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