lunes, 13 de enero de 2014

Juanito Forever

Jueves diez de Septiembre

Como anoche me dormí tarde, esta mañana me he levantado muy perjudicado, se lo he dicho a mi madre y me ha puesto el termómetro, cuándo ha salido de mi habitación, lo he frotado contra el pantalón del pijama para calentarlo y que pareciese que tenía fiebre.
Al ratito entra mi madre, me quita el termómetro, se queda mirándolo muy fijamente, me da una colleja y me manda al cole, así, sin más.
Yo no me rindo porque tengo mucho sueño, así es que voy directamente al baño, abro el botiquín y me pongo mercromina en las narices como si me saliese sangre, mi madre me mira, no cuela, como estamos en la cocina me lava la nariz con un estropajo, yo creo que las madres tienen poderes, porque siempre te pillan en todo.
Me voy a vestirme y mientras me pongo los calcetines doy una cabezadita, mi madre me ha pillado, se ha cabreado y me ha mandado a subir el pan para los almuerzos y no es justo porque esta semana le tocaba a Fito.
Bajo al horno y le digo a la señora Carmen que me dé el pan, me pregunta si Fito está enfermo porque ella sabe como llevamos los turnos, le contesto que a él no le pasa nada pero que a mi si, porque encima de tener fiebre y sangrarme las narices, mi madre no me hace caso y me ha castigado a subir el pan.
La señora Carmen que es muy buena persona y me entiende, me ha dicho que  hablaría con mi abuela y en cuánto viese a mi madre, le iba a pedir explicaciones de porqué yo estando enfermo y con las narices sangrando estoy castigado y encima tengo que subir el pan, me da caramelos para la nariz y la fiebre y me subo a casa.
Abro la puerta y me encuentro a mi madre y a mi abuela atacadas de los nervios, porque la muy chivata de la señora Carmen ha llamado por teléfono para poner a mi madre a nacer, toda indignada porque no le parecía bien que estando yo enfermo me tratase así.
Mi madre le ha dicho que no estoy enfermo de nada más que de la cabeza, que me lo he inventado todo porque hoy no quiero ir al cole y que ahora mismo bajaba otra vez para contarle la verdad.
Vuelvo a entrar en la panadería dispuesto a aclarar las cosas, pero al final no puedo,así que improviso sobre la marcha y le digo a la señora Carmen que mi madre me ha mandado a pedirle perdón de su parte porque hoy tiene la menstruación y está muy nerviosa la pobre, y que ella me ha dicho que no se preocupe, que es una cosa normal, que cuando sus amigas o amigos la tienen les pasa lo mismo y no razonan bien.
Mientras le estoy contando mi verdad ha entrado una clienta y me he subido a casa; la abuela me ha puesto el bocata y he salido para el cole.
Con todo el jaleo llego a las nueve y diez y como sé la que me espera tengo ganas de llorar, pero me aguanto porque es tarde.
Abro la puerta de clase, le doy los buenos días a don Casiopeo y sin que me diga nada, me castigo yo mismo y salgo al pasillo, pero seguramente él también tiene la menstruación como mi madre porque me ha obligado a entrar otra vez a clase y eso en él es muy raro.
Como me ha pillado por sorpresa me he quedado en medio, entre el pasillo y la clase.
Entro, me siento y al ratito me duermo.
Terminan las clases, vuelvo a casa y mi madre me obliga a jugar con mi hermano pequeño Dani, después me voy a mi cuarto, hago los deberes, me ducho, ceno, escribo en el diario, me voy a dormir y me duermo.
   

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