sábado, 11 de enero de 2014

Criminologïa


Hoy hacemos patria para hablar de Enriqueta Martí Ripollés ( La vampira del carrer de Ponent ) en Barcelona.
El perfil de esta asesina en serie es tan complejo que no sabría dónde ubicarlo, aunque en los años de estos sucesos no habían medios para determinar que tipo de enfermedad mental tenía, así como tampoco para saber a que familias pertenecían los cadáveres de los niños que encontraron en su casa, aunque por los restos de sus ropas parecían pertenecer a familias muy pobres.
Siendo joven, Enriqueta trabajó como niñera, oficio que dejó para ejercer la prostitución, hasta que a los veintisiete años conoció y se casó con un pintor llamado Joan.
Esa unión duró muy poco tiempo, Enriqueta que poseía una terrible atracción por el sexo, la llevó a buscar el placer en otros hombres y volvió a la prostitución.
El carácter voluble y extraño de Enriqueta la hizo llevar una doble vida aparentemente muy meditada.
Todos los días se vestía con harapos y mendigaba por las calles, algunas veces con niños que llevaba de la mano como si fueran sus hijos a los que prostituía o asesinaba.
Parecía que todo seguía un plan premeditado, ya que por las noches se vestía lujosamente y alternaba con lo mejor de la sociedad Barcelonesa ofreciendo sus servicios como proxeneta pedófila.
Con los beneficios que le proporcionaba su macabra empresa, abrió un burdel donde ofrecía sexo con niños de entre tres y catorce años por lo que fue detenida, aunque sus contactos con la gente pudiente consiguieron que no pisara la cárcel y que todo el proceso judicial cayese en el olvido.
La oscura vampira del carrer Ponent también se auto definió como sanadora vendiendo productos hechos por ella para rejuvenecer y curar todo tipo de enfermedades, lo que nadie sabía era que esos productos estaban hechos con sangre, grasa, pelos y huesos de bebés y niños.
Nunca se supo con certeza a cuantos niños secuestró, prostituyó y asesinó ya que cuando fue descubierta, los forenses solo encontraron restos de huesos quemados de unos doce niños.
La providencia hizo que un día una vecina muy curiosa, vio a una niña con el pelo rapado que jugaba en el patio de Enriqueta con otra niña llamada Teresita, lo que le pareció extraño ya que no tenía hijos.
La vecina cotilla se lo comentó a un colchonero al que conocía y añadió la vida tan extraña y miserable que llevaba Enriqueta.
El colchonero puso en conocimiento de un agente municipal las inquietudes que tenía la vecina, pero tanto entonces como ahora no se podía entrar en una casa sino era porque habían pruebas de algún delito, así es que el agente se las ingenió para poder acceder con la excusa de que tenía gallinas y había recibido quejas de los vecinos, buscó a un compañero y se dirigieron a casa de Enriqueta, que bien por el hastío o por la sorpresa no puso ninguna pega para que entraran.
Una vez dentro encontraron a Teresita y Angelita, las dos niñas que había visto su vecina .
Teresita declaró a los agentes que fué secuestrada cuando iba con su madre porque la engañó ofreciéndole caramelos, en cuanto Angelita no sabía nada más que su padre se llamaba Joan y que Enriqueta era su madrastra, que solo comía patatas y pan duro y que antes de que llegará Teresita había un niño que se llamaba Pepito, que tenía cinco años y que un día vio como Enriqueta lo mataba en la mesa de la cocina.
Teresita fue devuelta a sus padres, pero Enriqueta dijo que Angelita era hija de ella y su ex marido Joan.
La vampira fue detenida y Joan se personó ante el juez alegando que ellos nunca tuvieron hijos.
Enriqueta confesó que nada más nacer la niña se la arrebató a su cuñada a la que dijo que había nacido muerta.
Los agentes volvieron, esta vez más detenidamente a inspeccionar el piso, en el que encontraron un saco con ropa de niños y un cuchillo lleno de sangre.
En otra habitación de la casa celosamente cerrada con llave, encontraron el macabro laboratorio de Enriqueta, habían botes, jarras y palanganas llenos de restos humanos de niños de entre tres y ocho años, una calavera, grasa para manteca, sangre coagulada y huesos molidos con los que elaboraba sus pociones.
Enriqueta fue encarcelada e intentó suicidarse cortándose las venas con un cuchillo de madera y jamás llegó a juicio, ya que las dos presas que la custodiaban para que no volviese a intentar suicidarse antes del juicio, la lincharon en el patio de la prisión, aunque oficialmente se dijo que murió de una larga enfermedad.
Macabra, oscura, lista, extraña, un personaje que vale la pena estudiar en criminología y psiquiatria.



  

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