Alguna vez ya escribí sobre la individualidad y también sobre la independencia y hoy voy a citar algunas de ideas que comparto con este autor, espero que os resulte interesante.
A medida que un niño se ve capaz de arreglárselas por su cuenta, se van afirmando sus características individuales; todo niño por derecho propio debe convertirse en adulto, debe escapar de la dependencia y lo hace demostrando su poder de dominar suficientemente el entorno para satisfacer sus necesidades.
En los niños existe la necesidad de aferrarse a la madre, de asegurarse su afecto y su apoyo, pero existe también un impulso a explorar y dominar el entorno, a actuar independientemente.
Depender de una persona, es estar en poder de esa persona y consiguientemente, es experimentar su poder como una influencia limitadora que debe ser superada ; si no existiera impulso agresivo alguno hacía la independencia, los niños crecerían y se convertirían en adultos incapaces de valerse por si mismos mientras pudieran convencer a alguién que cuidaran de ellos.
El mundo infantil está lleno de gigantes que hay que dominar y de brujas a las que hay que vencer, precisamente porque el niño es una criatura que depende de otras.
A. Storr.
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