jueves, 24 de abril de 2014

Juanito Forever

Martes veintinueve de septiembre

Esta mañana nada más llegar al colegio, el bueno de don Casiopeo me ha dicho que no debería haberme tomado la molestia de acudir a clase, ya que él había pensado desplazarse hasta mi casa todos los días para que yo me sienta más cómodo y pueda seguir accidentándome sin perderme una clase durante el tiempo que me apetezca.
La verdad, yo no esperaba tanta consideración por parte de mi maestro, siempre he pensado que era un cenutrio y un amargado porque está calvo y lleva un peluquín que se le cae cada dos por tres, así es que como ha demostrado que se interesa por mí, he decidido que para final de curso le voy a regalar una peluca de esas tan bonitas que llevaban los piratas antiguos, o mejor aún, una de esas que se van de negro y se sientan en una mesa a dar golpes con un martillo y que se pasan el rato diciendo ¡ orden en la sala ! además como ya llevan los rulos hechos no tendrá ni que peinarse.
Hoy en clase hemos dado el tema del machifeminismo o femenimachismo, según se mire, el caso es que al final hemos quedado chicos y chicas empatados, nosotros hemos dicho que estaba muy clarito que ellas son unas machistas porque siempre tenemos que hacer lo que quieran, y si no, se ponen de morritos o a llorar y todo lo pagamos nosotros, además, son unas mandonas y unas pegonas.
Las chicas han dicho que nosotros somos unos feministas porque no les abrimos las puertas para que pasen delante, ni les invitamos a chuches y que además, siempre vamos detrás de ellas haciéndonos los chulitos y pegaditos a sus faldas y para rematar, dicen que somos tan memos que nos peleamos hasta con nuestros mejores amigos, a lo que nosotros hemos contestado que lo normal, por eso son nuestros amigos, porque con nuestros enemigos no somos tan tontos como para liarla parda , que en esos casos lo normal es que salgamos corriendo.
Al final de la clase, don Casiopeo nos ha dicho que no hemos entendido el concepto, pero para que haya paz en el debate de hoy, mañana las chicas tienen que escribir una poesía para los chicos y nosotros otra para las chicas.
Cuando he llegado a casa, me he puesto con la dichosa poesía pero nada, no se me ocurre nada, hasta que al final me acuerdo de lo que dijo un sabio muy antiguo, o a lo mejor fue mi abuela, el caso es que decía que con el estómago lleno se piensa mejor, así es que he ido al cuarto de Fito, le he cogido el bombín de hinchar las rueda de la bici y me lo he puesto en la boca para llenarme de aire, pero como no se me hinchaba la barriga, me he zampado un paquete de magdalenas para llenarme rápido y poder pensar mejor; al ratito, me llega la inspiración y me pongo a pensar en la seño de gimnasia y escribo mi poesía, dice así:
Elvira, estás más rica que la patata hervida,
corres mejor que las ardillas y tienes más fuerza que Godzilla,
das la clase de gimnasia de maravilla, y cuándo tocas el pito
todo el mundo se pone en cuclillas.
Tus ojos son negros como morcillas, tus coletas como escobillas
y tus dientes, igual que la mantequilla.
El día que me caí, mi corazón se puso a mil
cuándo me diste la mano, me sentí muy halagado.
De las veces que he ido a urgencias, contigo fué la mejor experiencia,
desde que sé que me quieres, hago siempre mis deberes.
Yo no sé si tienes novio, pero será algún gazmoño
desde que sé que me miras, con los mocos ya no hago pelotillas,
cuándo te veo de lejos, los dedos me despellejo.
Tus brazos son tan finos, como los pulpos marinos
y tus piernas tan flaquitas, como las patatas fritas.
Para que siempre me recuerdes, puedes llamarme Forever.
                                            Fin de la poesía.
 






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