jueves, 2 de enero de 2014

humor

Hola, estoy un poco liada con el blog porque quisiera que lo disfrutaseis todos, pero al ser novatilla me está costando un poco, así es que un poquito de paciencia que con ilusión y constancia espero conseguirlo.
Bueno, al lío de Montepío.
Algunas veces a lo largo de nuestras vidas y por culpa de un malentendido hemos deseado convertirnos en una partícula de polvo, desaparecer, así, sin más, hoy os quiero contar la historia de un malentendido, espero que os guste.

En cierta ocasión una familia inglesa pasaba sus vacaciones en Escocia y en uno de sus paseos vieron una casa de campo que les gustó para sus próximas vacaciones, indagaron sobre quién era el dueño de ella y resultó ser un pastor de la Iglesia Anglicana al que se dirigieron para que les enseñara la casa.
El propietario, muy amable así lo hizo y la familia tanto por su comodidad como por su situación decidieron alquilarla para sus vacaciones.
Ya de regreso a su casa en Inglaterra, repasaron de memoria y detalladamente cada habitación, y de pronto la mujer recordó que no había visto el WC así que acordaron escribir al pastor de la Iglesia en los siguientes términos:
Estimado Pastor, soy miembro de la familia que hace unos días se interesó por su casa de campo para nuestras vacaciones pero omitimos un detalle, por favor díganos dónde está el WC.
Finalizó la carta y la despachó al Reverendo, quién al recibirla y desconociendo la abreviatura WC, creyó que se trataba de la capilla de la religión anglicana Wood Chapel (wc) y les contestó lo siguiente:
Estimada señora, tengo el gusto de informarle que el lugar al que usted se refiere se encuentra a 12 km. de la casa, lo que hace que sea algo alejado, sobretodo si se tiene la costumbre de ir con frecuencia.
Algunas personas se llevan la comida y permanecen allí todo el día; unas van a píe y otras en autobús, por lo que siempre llegan en el instante preciso.
Hay un lugar para 600 personas cómodamente sentadas y doscientas de píe, los asientos están forrados de terciopelo rojo y tiene aire acondicionado para aliviar los sofocos de las aglomeraciones.
Se recomienda llegar temprano para conseguir un asiento; mi mujer por no hacerlo así hace unos años tuvo que soportar todo el acto de píe y desde entonces no ha ido más a esos servicios.
Los niños se sientan juntos y cantan a coro.
A todas las personas que entran se les entrega a cada uno un papel y los que no llegan al reparto de papel pueden usar el de su compañero, pero al salir deberán devolverlo para seguir utilizándolo el resto del año.
Las personas que allí acuden siempre dejan depositado algo que se destina para dar de comer a los pobres del lugar, además hay fotógrafos especializados que toman fotos en distintas poses las cuales son luego publicadas en las secciones sociales de los diarios de esta ciudad sirviendo así para dar a conocer este formidable servicio.

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